Fue uno escritor que arraigó su obra al entorno que habitaba, persiguiendo una estética original y minuciosa. Comprendió y supo volcar al papel la belleza y complejidad de la cultura aborigen de los guaraníes.
Murió en Posadas (Misiones), el 24 de Agosto de 2001.
La angustia de la soledad se ha evaporado como se diluye la niebla mañanera. El universo oscuro ya no existe. Mi conciencia ha despertado para reencontrarse con su esencia original. Así y todo, ¡oh Señor!, cómo tiemblo y ardo en mi propia llama mientras te espero. Mi alma se encuentra al borde de un abismo dulce y alucinante, como un aguilucho que sueña con desplegar sus alas y nadar y nadar en el anchuroso cielo inundado de luz.
(La llama y el viento – Pág. 116)
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